Bueno aunque un poco tarde me gustaría contaros esta
excursión que hicimos al pantano de Navalcan en la provincia de Toledo. Este
enclave esta solo a unos 25 minutos de nuestro alojamiento y junto al embalse
de Rosarito es una zona importantísima de invernada de aves al igual que de
nidificación en periodo estival ya que los dos embalses cuentan con una gran
zona de dehesa alrededor, siendo zona de nidificación del Águila imperial y de
otras muchísimas especies de gran interés.
La ruta la empezamos desde el mismo pueblo de Navalcan
siguiendo la ruta que el propio ayuntamiento ha habilitado para la observación
ornitológica. La ruta son más de siete kilómetros, y parte de ella se desarrolla
por las orillas del pantano y la otra por zona de dehesa, pero la que a
nosotros nos interesaba por las fechas en las que estábamos era la zona de
pantano para poder ver a las aves invernantes y no nos defraudo.
La ruta fue entre diario así que estábamos solos, gran
ventaja sino hubiera sido por la gran cantidad de aire que no nos acompaño toda
la mañana y que dificulto mucho la sesión, pero eso no influyo para poder
observa bandos enormes de Grullas y Ánsares, además de muchos patos cuchara y gallinetas de agua,
además de otras muchas especies, pero mucho del trazado lo hicimos en el vehículo
por las condiciones meteorológicas y por
su longitud (3,5 Km), lo cual no nos dejo exprimir al máximo todas las
posibilidades del telescopio que es muy interesante en estos hábitats.
Andarríos chico y sobre todo una Agachadiza común que
pudimos disfrutar un buen rato también son cosas que reseñar de esta pequeña
excursión que solo duro 4 horas ida y vuelta, aunque me gustaría que, como ya
he puesto en conocimiento del Ayuntamiento de Navalcan, arreglen ciertas zonas
del camino si quieren habilitarlo para el uso de vehículos ya que puede ser un
problema en tiempo lluvioso además de que hay ciertas rodadas difíciles de
superar con un coche bajo.
Después de realizar la mitad de la ruta se vuelve otra vez a
la carretera y ya tomamos dirección de vuelta a casa, y aquí llego la sorpresa
de la sesión cuando por casualidad nos topamos con un gran número de Buitres
leonados volando a no más de 20 metros por encima de nosotros, aparcamos y
pudimos disfrutar de la gran envergadura
de este carroñero y de su visión extraordinaria, la verdad que viéndolos
tan cerca son enormes.
Al final casi 30 especies observadas y una buena mañana en
el campo en un sitio muy bonito y que recomendamos, además aquí os dejamos un
plano de la ruta para que os sirva de referencia.
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